Como ya se señaló anteriormente, la escuela es un espacio comprometido con los procesos de cambios culturales y étnicos en el país. Por un lado, la escuela oficial impone el castellano (las experiencias de Educación Bilingüe e Intercultural son aún experimentales, focalizadas geográficamente y centradas en la educación primaria) e impone modelos culturales ajenos a las realidades de áreas como Puno.
Desde la escuela oficial tampoco se hace un esfuerzo consciente por tratar los temas de la diversidad étnica y cultural en la sociedad en general, en la región, ni en las propias aulas. La escuela se maneja sobre el supuesto de igualdad entre los estudiantes. Este aparente afán democratizador forma parte de los proyectos homogenizadores, tanto liberales y “progresistas”, que han negado la diferencia cultural y étnica. El afán es de transmitir “conocimientos” supuestamente neutros culturalmente, pero que terminan por imponer modelos de vida y de identificación considerados “nacionales” o “universales” a expensas de los conocimientos e identidades alternativas. Negar las diferencias existentes en la propia población estudiantil sólo tiene sentido como parte de un proyecto cuyo objetivo es homogenizador. En el caso de Puno, a pesar de que los directores y maestros de las escuelas privadas y públicas saben que su alumnado es diverso, no abordan directamente esos temas. Como manifestó una alumna al investigador de una escuela estatal de Puno, participante en un grupo focal, a los alumnos “nadie nos ha preguntado de dónde venimos, qué idioma hablamos”.
El profesor admite que la etnicidad y la diversidad cultural son asuntos personales, no de la competencia de la escuela. Eso no quiere decir, sin embargo, que estos temas no formen parte de la vida cotidiana en el ambiente escolar. Más aún, no fomentar activamente un clima de tolerancia y respeto por las diferencias culturales, étnicas y físicas, y proponer modelos homogenizadores, hacen que el ambiente escolar cotidiano e informal sea particularmente propicio para que estos temas aparezcan sin control. Es en las escuelas donde la información obtenida se refiere a maltratos, burlas, insultos, discriminación en contra de cualquier rasgo considerado indígena, quechua y aymara, y donde más hemos encontrado referencias a la vergüenza de ser considerado de esas categorías.
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