martes, 19 de junio de 2012

Reflexiones finales I

Teniendo en cuenta los resultados de esta investigación, proponemos la construcción de una escuela que valore la interculturalidad a nivel grupal e individual, es decir, que los procesos de socialización que tienen lugar en el ámbito escolar impulsen el desarrollo de los valores básicos de libertad, tolerancia, solidaridad, autonomía, afectividad y respeto a uno mismo y al otro en ambos niveles. Para ello, creemos que el primer paso que debe darse es reconocer la necesidad de que los temas de la diversidad cultural y étnica sean discutidos por las autoridades vinculadas a la educación.



Se requiere de una toma de conciencia de que la escuela no sólo es un ámbito de transmisión de “conocimientos” sino también de valores y, por lo tanto, una herramienta para la formación de sociedades reconciliadas en la diferencia. La toma de conciencia implica entender que las culturas indígenas son valiosas no sólo por su carácter ancestral, sino también por su valor actual como medios válidos de conocer, sentir, y actuar en el mundo. Debemos remarcar que “la cultura” no es un inevitable rezago del pasado, sino que va cambiando y reformulándose de acuerdo a las condiciones en las que se desarrolla. Esto implica entender que no existen culturas estáticas: las culturas siempre están en constante construcción, adaptándose a nuevas circunstancias. Uno de los aspectos constatados por esta investigación es la vinculación que se establece entre las culturas indígenas y el pasado. Se mantiene la idea de que esas culturas son similares a piezas de museo y no parte de la vida cotidiana de personas concretas y actuales. Por ello, se debe enfatizar en la actualidad de las culturas, su carácter práctico y cotidiano no “folklórico”.

De otro lado, se debe reflexionar sobre las situaciones de cambio cultural. Este estudio ha constatado que en nuestras sociedades se van efectuando cambios culturales y sociales profundos a partir de procesos migratorios, la urbanización y el influjo de los medios masivos de comunicación. Esto produce diferencias culturales aun en el ámbito intrafamiliar. Por lo mismo las identidades étnicas van variando, siendo más de carácter fronterizo y “en proceso”. La escuela debe contribuir a que esos procesos no signifiquen la pérdida de una identidad cultural y la adquisición de una nueva. Se debe dejar atrás las concepciones duales estáticas según las cuales uno es parte de una cultura u otra, para reconocer nuestra pluralidad a nivel personal como una herramienta que nos permite desenvolvernos de manera efectiva en distintos ámbitos y situaciones, tal como el manejo de varias lenguas posibilita una mejor comunicación. Además, se debe tomar en cuenta la diversidad cultural a nivel regional, nacional y mundial para aprender a valorar culturas diferentes a la propia.

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